Aunque siempre he seguido el estilo de Bee Shaffer, el hecho de que fuera la hija de Anna Wintour y que posee un estilo generalmente correcto han hecho que nunca haya sentido especial interés por ella. Hasta la noche del Met.
Bee Shaffer conseguía convertirse no solo en la mejor de la noche, sino en una de las mejores a lo largo de la historia de esta alfombra roja porque su look es una obra de arte y ella lo ha lucido como lo que realmente es, una de las mayores veteranas de esta alfombra roja y la hija de una de las mujeres más importantes en esta industria. Lo cual se ha notado, y mucho, en su elección.
Sarah Burton había conseguido que la fe de medio mundo hacia ella como directora creativa de la firma de Alexander McQueen desapareciera, pero gracias a esta sublime de creación la ha restaurado completamente. Y eso ha sido porque al igual que Lee, ella no ha diseñado un vestido, ha diseñado una obra de arte.
Los bordados de la cola son sencillamente espectaculares,no solo por su profusión, sino por la belleza de las flores de cerezo y de las alas extendidas de las aves en él, que sobre el fondo cereza crean un impacto visual sencillamente inolvidable y que nos ha devuelto esa belleza etérea, delicada y romántica pero dramática al mismo tiempo que caracterizaba al diseñador.
Estamos ante uno de esos diseños que digas lo que digas, no hará justicia a su belleza, pero Bee Shaffer nos ha regalado con notable diferencia uno de los mejores momentos de la alfombra roja del Met y del año, y como no todo el resto de complementos y look de belleza estuvieron más que a la altura de lo que esperaba al elegir un vestido como este.
Y hasta aquí, la alfombra roja de la Gala del Met 2015.
Imágenes: Zimbio y Google Images
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