Elizabeth Banks no se encuentra entre mis favoritas y la verdad es que es algo que yo no me esperaba en absoluto, porque ella es una de esas que ya daba por hecho como una de las mejores de la noche y muy a mi pesar, no ha podido ser así.
En un principio admito que sí que me ha parecido uno de los mejores looks de la gala porque es innegable que el tono de azul turquesa, probablemente uno de los colores más bonitos que pisó la alfombra roja durante toda la noche, crea tal impacto que la impresión general es espectacular, pero cuanto más lo miras, más te das cuenta de que el diseño deja mucho que desear.
Pasada la primera impresión, te das cuenta de que lo primero, es un vestido que está muy visto y que prueba la falta de originalidad de Michael Kors, que por otro lado no sé como se las apañó para colar tres vestidos en la gala (adelanto que no voy a hablar del de Hailee Steinfeld, ya que su vestido simplemente ni iba con el tema ni era digno de mi tiempo).
Aún pasando por alto la falta de originalidad, mi problema no son los cortes, ya que son algo que Elizabeth puede permitirse ya que, como con todo, lo defiende muy bien, pero el vestido está mal hecho (no hay más que ver las pinzas del pecho) y está tan arrugado que en la imagen general desmerece bastante, dando un resultado que la verdad es que no es tan limpio como me gustaría.
La inspiración asiática viene por su look de belleza, con el pelo recogido en una coleta tirante y un maquillaje que no termina de favorecer a la actriz en la mirada cuando lo ves al detalle.
Sin duda, lo mejor es la utilización de las joyas de Melissa Kaye, Jennifer Fisher, que firma sus pendientes, y Kara Ross que otorgan al diseño una gran modernidad, en especial por el collar de Delfina Delttrez que encuentra su lugar ideal en el profundo escote del vestido de Elizabeth.
Para terminar, clutch de Lee Savage.
Imágenes: Zimbio
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