Tengo que admitir que el año pasado, la supuesta confirmación de la cantante para pisar las escaleras de esta alfombra roja (finalmente no acudió) me llevaron a apostar para ella, entre otros vestidos, uno de los firmados por Jeremy Scott para Moschino, dado que pensé que podría resultar un look divertido.
Pues bien, veo esto y la verdad es que no tiene ninguna gracia.
Es excesivo, innecesario, no tiene nada que ver con el tema y desde luego no me parece demasiado elegante, por lo que esperaba mucho más de Katy ya que cuando se lo propone, puede darnos looks verdaderamente impresionantes.
En esta ocasión, lo que supongo que se propuso fue dar de qué hablar (lo consiguió), y mientras que le agradezco que para ello no recurriera a ir desnuda a la gala, el vestido de la colección Fall 2015 con estampado de graffiti y guantes a juego no me gusta en absoluto, aunque es admirable que por lo menos, lo llevara con todas las consecuencias.
De lo único con lo que me quedo de su look es con el apartado de cuello para arriba, porque la peluca que lució le aporta una frescura muy admirable y nos demuestran que una vez más, que este peinado consigue actualizar el estilo de todo el mundo.
Para terminar, un clutch de Moschino en forma de bote de spray que es un detalle que la verdad es que sí que me ha gustado.
Imágenes: Zimbio y Style.com
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