Y no puedo dilatar más el momento en el que por fin hable de la imagen de la noche, porque por mucha piel que Beyoncé, Kim y JLo enseñaran, no hubo manera de eclipsar a un Rihanna en estado de gracia que nos regaló una de las imágenes más impresionantes de la historia de estas escaleras.
Porque nos puede gustar o no, podemos odiarlo o podemos pensar que fue la mejor de la noche, pero la palabra que nadie puede negar que define a este looks es "espectacular".
Rihanna contaba a André Leon Talley en una rápida entrevista (que podéis ver junto a otras mucha en el canal de YouTube de Vogue) que ella sí que se había molestado en indagar por Internet sobre Alta Costura china, y que buscando encontró a la Couturier china Guo Pei, una mujer con un increíble sentido del drama (sus colecciones son verdaderas obras de arte que no vamos a encontrar nunca en París, y menos con Galliano fuera de Dior) que tiene dos diseños expuestos en la exhibición. Y fue a través de su marido y por casualidad que Rihanna contactó con ella y accedió a este abrigo de la colección Fall 2010 Couture que salía por primera vez de la pasarela desde su presentación.
Dos años de confección a mano por la propia Guo Pei nos dejan esta impresionante imagen que no ha obtenido el beneplácito de muchos, pero creo que es uno de esos looks que merece la pena sacar adelante (en especial si puedes con ello, como es el caso de la cantante) porque este abrigo quedará en los anales de historia del Met como aquella vez que Rihanna paró la noche neoyorquina durante unos segundos.
Personalmente no puedo decir que el diseño me entusiasme, porque en realidad no lo hace, pero ese sentido del dramatismo que Rihanna demostró anoche es algo tan poco habitual que debería ser alabado cada vez que alguien hace muestra de ello, y solo la espectacularidad de las imágenes hacen que valga la pena.
También me hubiera gustado que por ejemplo, Rihanna hubiera decidido pasar a un segundo plano y no hubiera lucido el corsé rosa o los "Toerless Muse" de Christian Louboutin a favor de algo más elegante, o hubiera decidido cortarse con las joyas, pero quizá de esa manera el look no hubiera funcionado.
O realmente no sería Rihanna si lo hubiera hecho así.
En cualquier caso, Rihanna nos dio una imagen inolvidable, y al final día, eso es lo que verdaderamente cuenta.
Imágenes: Zimbio y Guo Pei
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