Ya es una tradición que Julianne Moore pise Cannes vestida de Givenchy, pero lo que la actriz ha conseguido con este look es que ese momento pase de una tradición a todo un evento. Y es que por momentos mágicos como este echaremos de menos a Riccardo Tisci al frente de la casa francesa.
El vestido original de la colección Spring 2017 Couture pasó sin pena ni gloria por los Brit Awards de la mano de Natalia Vodianova, pero las modificaciones han hecho que el vestido no solo funcione mucho mejor, sino que resulte completamente mágico. Y afortunadamente, ha encontrado a la persona idónea para lucirlo en el contexto perfecto para que brille como se merece.
El rojo enriquece mucho el vestido, lo que le da mucha fuerza al resultado al mismo tiempo que mantiene esa belleza gótica que tanto le gustaba a Tisci y que este vestido llevaba implícito cuando se presentó. Las proporciones funcionan mucho mejor con la falda larga y el cuello despejado, permitiendo a Julianne brillar sin llegar a eclipsar su vestido, pero sin que éste acabe llevándola a ella. Todo tiene lugar en el marco de un perfecto equilibrio donde todo funciona de manera mágica.
Ella decidió apostar por la limpieza en su look de belleza, optando por destacar su mirada y enmarcándola con un acertado recogido que no ensuciara un resultado final tan perfecto, mientras que los pendientes de Chopard se mantienen en un acertado segundo plano.
Los detalles hacían de este look algo mágico, único e increíblemente bello.
Julianne era la imagen de la pura perfección, y ha sido ella la que nos ha ofrecido el primer gran look del Festival.
¿Quién ha sido vuestra favorita del primer día de Cannes?
Imágenes: El Mundo, Zimbio y Vogue.com
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