martes, 7 de febrero de 2017

Premios Goya 2017: Barbara Lennie de Gucci


A Barbara Lennie hay que quererla porque tener el valor de llevar un Gucci como este en la alfombra roja no solo es de aplaudir, sino que es de levantarse y hacerle una ovación.
Últimamente nadie le insufla tanta vida a la alfombra roja patria como Lennie, que una vez más demuestra que tiene un sentido de la estética único que le hace ser capaz de llevar una joya como esta a pesar de que, casi seguro, la mayoría de la gente le prenderá fuego.

Pero desde aquí, una insignificante voz le pide a Barbara que por favor no cambie nunca, porque por momentos como este merece la pena aguantar cien vestidos de aplicaciones nude de corte griego que no recordaremos ni tres minutos, y por vestidos como este a veces merece le pena escribir sobre 20 invitadas más que no lo merecían tanto.




Los bordados de Gucci a mi me enamoran todas y cada una de las veces, y poco recordaremos que Sienna Miller llevó este vestido hace unas semanas, porque a diferencia de Sienna, Barbara ha sabido entender Gucci, y sabía que esta cascada de gasa gris azulada bordada con unos preciosos detalles dorados de manera tan absolutamente delicada no era simplemente un vestido bonito más.
Ella ha sabido aportarle esa magia, ese algo que hace que un Gucci brille de manera especial. Ese algo que han aportado su oscura melena negra peinada dejando las patillas fuera, su labial burdeos y una preciosa selección de joyas de Suárez. Ese algo que la ha convertido en una perfecta chica Gucci y en una de las mejores de la noche.



Ella nos dio un look único, porque ella es una mujer única.
No cambies nunca Barbara. La alfombra roja te necesita.

Imágenes: Vogue.es, Zimbio y Fotogramas

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