El vestido, como la mayoría de los diseñados por Garavani, es una completa delicia. Lo que realmente me sorprende es que Valentino solo resurge si se le brinda la oportunidad de diseñar un vestido de novia.
El velo, hecho de organza y rematado en tul, caía desde su bajo moño y era incluso más largo que el vestido, cuya cola medía cuatro metros. Estaba hecho en organza de seda con encajes de chantilly en color marfil.
La foto de la izquierda nos permite apreciar el favorecedor escote dela espalda. Para las joyas escogió una tiara de diamantes decorada con flores de azahar que al parecer fue un regalo de su padre, el rey Carlos Gustavo a su madre. No fue suficiente y añadió unos pendientes y una pulsera, ambos de diamantes. Su ramo era un clásico bouquet de rosas blancas.
Para finalizar, unos simples zapatos blancos con una cinta semitransparente que dotan al look de cierta modernidad.También apreciamos el complicado estampado que tenía la falda, que puede resultar un tanto excesivo.
Para mi es una boda real más, pero les deseo un largo matrimonio a la pareja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario